jueves, 31 de marzo de 2011

Asperatus

Asperatus (Undulatus asperatus) es una rara formación nubosa reconocida recientemente por Margaret LeMone.
Este tipo de nubes se cree que está formado por el choque de dos masas de aire frío y caliente en la intersección de la atmósfera baja y media dando lugar a unas singulares ondulaciones como se pueden ver en la siguiente fotografía.



Estas formaciones nubosas pueden tener aspecto tormentoso sin que, finalmente, den lugar a una tormenta. Suelen asociarse a zonas montañosas por las formas que adoptan,  ya que se piensa que las masas de aire cuando colisionan contra la superficie de los conjuntos montañosos dan lugar a esas formas caprichosas. Este último dato contrasta con la formación de Asperatus también en llanuras, tirando abajo la anterior teoría.

No existe todavia mucha información sobre esta clase de nubes. Alguna de las fuentes de donde he sacado la información.......

    miércoles, 12 de enero de 2011

    El Fuego de San Telmo

    A pesar de lo que pueda parecer por su nombre, este fenómeno es totalmente físico y no está relacionado con sucesos paranormales, aunque esconde un pasado legendario debido al desconocimiento de porqué sucedia.

     
    El fuego de San Telmo o Santelmo es un fenómeno atmosférico que se produce sobre la superficie terrestre, incandescente consistente en una descarga de efecto corona electroluminiscente provocada por la ionización del aire dentro del fuerte campo eléctrico que originan las tormentas eléctricas. Aunque se le llama «fuego», es en realidad un plasma de baja densidad y relativamente baja temperatura provocado por una enorme diferencia de potencial eléctrico atmosférica que sobrepasa el valor de ruptura dieléctrica del aire, en torno a 3 MV/m.
    Este fenómeno toma su nombre de Erasmo de Formia (San Telmo), patrón de los marineros, quienes habían observado el fenómeno desde la antigüedad y creían que su aparición era de mal agüero.

    Físicamente, es un resplandor brillante blanco-azulado, que en algunas circunstancias tiene aspecto de fuego, a menudo en dobles o triples chorros surgiendo de estructuras altas y puntiagudas como mástiles, pináculos y chimeneas.



    El fuego de San Telmo se observa con frecuencia en los mástiles de los barcos durante las tormentas eléctricas en el mar, donde en tales circunstancias también era alterada la brújula, para mayor desasosiego de la tripulación. Benjamin Franklin observó correctamente en 1749 que es de naturaleza eléctrica. También se da en los aviones y dirigibles. En estos últimos era muy peligroso ya que muchos de ellos se cargaban con hidrógeno, gas muy inflamable, y podían incendiarse, tal como ocurrió en 1937 con el Dirigible Hindenburg.
    Se cuenta que el fuego de San Telmo también puede aparecer en las puntas de los cuernos del ganado durante las tormentas eléctricas y en los objetos afilados en mitad de un tornado, pero no es el mismo fenómeno que el rayo globular, aunque pueden estar relacionados.
    En la Grecia Antigua, la aparición de un único fuego de San Telmo se llamaba Helena y cuando eran dos se les llamaban Cástor y Pólux.